Atacama Super Star
Atacama está dando que hablar en forma positiva...
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Juan Emilio Cheyre
Atacama está dando que hablar en forma positiva. El país y el mundo se conmovieron con los mineros de Copiapó. Ellos mostraron rasgos que caracterizan a los hombres de esa tierra: fortaleza, voluntad de vencer la adversidad, ingenio, creatividad, temple y sencillez a toda prueba. Vimos también a sus esposas y familias con capacidad de enfrentar solidariamente momentos de inmenso dolor y con fe para salir adelante. Los atacameños han vivido el rigor del trabajo en el pirquén, la pesca artesanal, en la tierra ganada al desierto y en la carencia de agua que los ha hecho mujeres y hombres capaces de enfrentar la adversidad.
Con ocasión del Dakar, Atacama volvió a aparecer en las pantallas. Se pudo admirar la majestuosidad de uno de los desiertos más extremos del mundo. Desierto que, sin embargo, el año pasado estuvo cubierto de flores como no se había visto hace décadas. En la pequeña caleta Chañaral de Aceituno, las ballenas atraen a observadores y especialistas que llegan a las maravillosas costas de la región. El turismo tiene en esa zona un nicho de tremendo potencial que es difícil desarrollar con una infraestructura vial aún precaria.
Las últimas noticias provienen del aparato productivo. Según el Inacer, Atacama Super Star registra un crecimiento de 14,5% en el último trimestre de 2011, ubicándola entre las tres zonas de mayor productividad. Además, la estimación de inversión minera en Chile en el periodo 2011-2015 según UNIP alcanzará la cifra de US$ 65 mil millones, de los cuales un 32% se invertirá en la Tercera Región. Finalmente, se construirán cuatro plantas desalinazadoras de agua de mar en Caldera y Chañaral.
Atacama tiene en la actualidad uno de los índices de empleo más altos de Chile. Se han anunciado inversiones millonarias en el edificio Titanium Copiapó que se proyecta como el centro de negocios más importante del norte de Chile. El gobierno regional, con los ministerios de Vivienda y OO.PP., ha desarrollado el proyecto Kaukari en las riberas del río Copiapó que incorporará una importante área al desarrollo de la ciudad.
Para quienes hemos trabajado, conocemos y queremos esta zona es una gran noticia que una de las regiones más pobres y de difícil vida de Chile se alce en el ranking del pleno empleo con proyectos que apuntan al desarrollo. La gran y mediana minería constituyen palancas potentes de crecimiento. Su actividad genera externalidades positivas provocando un salto en la calidad de vida que se manifiesta, entre otros, en el incremento de la demanda educacional y en mejores oportunidades de trabajo para la población.
La región y su gente lo merecen. El trabajo de largos años da sus frutos. Consolidar el progreso que llegará y proyectarlo al futuro constituye, a mi juicio, la gran tarea a asumir. Atacama no debe sufrir nuevamente un sueño efímero como el que se vivió con Chañarcillo.
Esa época dorada se inició en 1832 con el descubrimiento de un rico mineral de plata por el mítico Juan Godoy quien se asoció con Miguel Gallo a quien se unió Ramón Goyenechea y Francisco Ossa desarrollando la explotación del mineral que llegó a producir más de 332 toneladas. En 1874 comenzó su agotamiento. Signo de la riqueza de esa época fue la construcción del primer ferrocarril de Caldera a Copiapó y obras como la iglesia matriz y la preciosa plaza de la capital regional con sus centenarios pimientos desde donde salió el heroico Batallón de Atacama a la Guerra del Pacífico.
Godoy murió en la pobreza en 1842 y Atacama vivió del recuerdo de su antiguo esplendor.
Hoy es tiempo de conquistar para siempre el nivel que corresponde a sus habitantes. Hacerlo exige invertir en desarrollo integral. La educación, la cultura, la investigación y los encadenamientos productivos bien trabajados pueden proyectar al progreso. Sería una muestra de que en Chile es posible crecer sostenidamente cerrando brechas de desigualdad. Hay que evitar que la precariedad de la sola extracción vuelva a provocar otro Chañarcillo.